lunes, 5 de mayo de 2014

mi blog ya es público I

¡¡¡Mi blog está abierto a todos los lectores!!!

¿Y cómo? ¿por qué ahora sí? ¿qué ha pasado para que tomara esta decisión?

Todo empezó el  viernes 2 de mayo, día que se festeja el comienzo de la guerra de independencia española contra Napoleón, festivo en Madrid por el levantamiento que se produjo allí contra los franceses.  

El cuadro El dos de mayo de 1808, la carga de los mamelucos que se puede ver en el  Museo del Prado de  Madrid, lo pintó Francisco de Goya para inmortalizar lo que sucedió ese día y  «perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa». -¡Cómo ha cambiado Europa, de tirana a benefactora ¿o no?, pero siempre discretamente interesada, eso sí.  

Pues bien, ese viernes por la noche quise entrar en algún blog de los compañeros para ver qué tipo de plantilla tenían. Lo que pasó me fastidió tanto que no pude evitar escribirle un correo al profe, al día siguiente, que ponía:
XXX, siento molestarte un sábado y comprendería que no me contestaras hasta el lunes, pero no he podido evitar escribirte para comentarte lo que he comprobado ayer.  
Al entrar al blog de http://communitymanagerpontevedra.blogspot.com.es/, y entrar en Datos personales, ver todo mi perfil, vi que estaba el nombre y enlace a mi blog, que aún lo tengo en modo privado. Mi sorpresa fue mayúscula cuando al darle con el ratón mi blog se abrió. Enseguida fui a mi blog y cambié en la configuración el título, para que dejara de existir el enlace. y de nuevo sorpresa, el enlace ha cambiado de nombre en el blog de ¿cómo es posible?¿estoy haciendo el tonto y realmente todo el mundo puede ver mi blog? Comprendo que para cualquiera esto sea una tontería, además que lo que he puesto en el blog es totalmente trivial, pero entonces para qué sirve lo de privado. Si ya no me fio de esto de las redes sociales, ahora menos.  
¿Se puede hacer algo? Porque aún me da algo de vergüenza que lean y vean mi blog y lo que he escrito tal y como está. Si no se puede dímelo porque entonces lo borro todo. 
Gracias,Eva.

No volví a ver el correo hasta bien entrada la noche. El profe me había contestado a las dos horas escribiendo:
Hola Eva: Lo debes tener privado. Solo lo puedes ver tú y quien autorices. Seguramente pudiste entrar porque tenías tu sesión abierta. Prueba a cerrar tu sesión de gmail y entra otra vez. Estoy seguro de que te pedirá que te vuelvas a loguear.Revisa de todas formas la configuración.Un saludo!
Oh, trágame tierra. Sí, quería que se abriese un agujero a mis pies y esconderme en lo más profundo.  Juraría que había probado eso ante de mandar el correo, pero a veces me confundo cerrando las sesiones. Comprobé  que tenía toda la razón. ¿qué pensará? ¿se le habrá pasado por la mente eso de “con lo mayor que es se comporta como una niñata tonta”? y menos mal que me he cortado en lo que le puse en el email y he sido bastante discreta, o eso creo.  
El  email del profe me pareció aséptico, seco  y frío. Eso me ralló todavía más – si al menos pusiese “no te preocupes…”, o algo por el estilo, me sentiría mejor. Al día siguiente le respondí  de la siguiente manera, queriendo zanjar el asunto:
Tienes razón.
Perdona las molestias,  y gracias

Esa tarde me acordé de un aforismo de Hipócrates: Las enfermedades graves exigen prontos y eficaces remedios”. Lo tenía claro. Iba a liberalizar mi blog. A quitarme las cadenas, como si luchara contra los esclavos, contra los mamelucos. Y me volví a acordar de Hipócrates e incluso pensé en las similitudes con la visita a los médicos –esto de enseñar el blog a todos, de mostrar algo tan privado es parecido a desnudarte delante del médico, que aunque lo haga todo el mundo, y el médico esté más que acostumbrado, lo haces porque no te queda más remedio y siempre da un poco (a mí bastante)  reparo-.
O sea que , el lunes, a las 19,30, poco antes de ir a clase, abrí el blog a todo el mundo. Con el adagio en mi mente “¿no quieres caldo?, siete tazas” tenía aún miedo a arrepentirme. Y de nuevo Hipócrates un gran remedio:  


“Corta es la vida, el camino largo, la ocasión fugaz, peligrosas las experiencias, difícil el juzgar. No basta, además, que el médico haga cuanto está á su alcance, sino que es necesario que a  su vez coadyuven el enfermo, los asistentes y cuanto le rodea

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