aplicando el GIMP
Con un pendrive el profesor nos metió en el ordenador el GIMP portable, un programa de manipulación de imágenes.
Una hora más tarde llegó Martina -cuando me la encontré antes de subir a clase me dijo que tenía una reunión con una asociación de vecinos-. Éramos 10. Todos estábamos delante de nuestro ordenador con los ojos clavados en la
pantalla, absortos por completo,
descubriendo las posibilidades de aplicación del programa en las imágenes. Y aunque ya estemos acostumbrados a que esto
se pueda hacer, sigue siendo increíble, es fascinante la flexibilidad de las
imágenes, su cualidad metamórfica, es asombroso. A mí me
sorprende, como lo que nos explicó el profesor de las capas, de que las imágenes pueden tener varias capas y que cada
capa sería como una lámina -esto me recordó a cuando Shrek dicen en la peli que
es como una cebolla, que tiene capas-.
El profe nos mandó hacer varios ejercicios con imágenes y luego
ponerlas en el blog, y así "podemos ver todos vuestra obra de arte" dijo
bromeando. Después nos enseñó y entregó los exámenes. Dijo que muy bien, que la
nota media de la clase es sobresaliente.
Al recogerlos dijo "¿alguien quiere negociar la nota?", nos reímos.
Para enseñarnos correctamente como se pone el encabezado en
el blog, por casualidad cogió un texto en internet para aplicar el encabezado. El texto era un artículo de wilkipedia sobre
la frase honi soit qui mal y pense. Es el lema de la orden de la jarretera inglesa y la traducción literal del francés antiguo es "Que la vergüenza caiga sobre aquel que piense mal de ello" , o sea, maldito sea quien piense mal. Creo que es un buen encabezado para poner en el blog el día que lo haga público para mis compañeros.
Miré a Elena. Llevaba un jersey color malva . Me fijé en el reloj. Me pareció un poco pasado de moda. La esfera era roja y la correa metalizada y roja. no le iba nada.
Al salir de clase, bajé hablando con Berta, se unió Luisa, y dijo que ella como está sentada sola pues si se pierde no le puede preguntar a nadie. Berta le dijo que el próximo día se siente con nosotras. Es curioso, los primeros días me dió la sensación que quería estar por su cuenta y ahora,...y es que a ella le pasa como a mí, que a veces no se entera, como hoy con la carpeta de descomprimir. A Luisa se le ve segura, con el gesto de que va pisando fuerte, su constitución ancha y facciones duras acrecientan su apariencia de fuerte personalidad -para algunos esto es un piropo, a mí me lo han dicho cientos de veces; otros
preferimos que nos echen menos flores, porque esto de tener mucho carácter viene a
decir que no hay quién te aguante-. Un día fue a clase con una falda
estampada de vuelo y botas camperas de media caña. Me recordó a las mujeronas
del oeste americano, de esas que no les tiembla la mano cuando empuñan un
revolver ante un borracho o un indio y que podrían vivir perfectamente solas en
el rancho si no fuera por su sentimental corazón que las hace depender siempre
de un hombre, aunque sea un mequetrefe -normalmente si es un blandengue lo convierten
en calzonazos, y si es un listillo en un amante bandido, (¡qué rima!)-
Ya en el coche, conduciendo, pasé despacio al lado de un gato totalmente desmembrado, con los ojos abiertos, tirado en la carretera. Al lado de la acera, otro gato negro lo miraba y me miraba. ¿sentiría el gato lo mismo que yo al verlo? ¿cual sería su sensación? ¿conmoción, sobresalto, estremecimiento, dolor, pánico? Aparentemente ninguna. ¿algún día lo sabremos?. Seguro.