martes, 6 de mayo de 2014

mi blog ya es público II

La decisión estaba tomada. Iba a abrir mi blog 

El domingo por la noche y el lunes por la tarde me puse manos a la obra. Lo primero que hice fue aplicar una plantilla al blog, creo que es de Blogger Templates. No quedó mal,  pero aún no sé modificar las etiquetas de las páginas, entre otras cosas.  

Lo segundo fue cambiar los nombres de mis compañeros por otros, y poner símbolos de caras cuando podía dar lugar a una identificación evidente. Lo tercero fue revisar y borrar alguna frase, una o dos, que pudiese ser molesta. Y lo cuarto y último, intenté hacer el blog un poco más atrayente, poniendo alguna foto o resaltando algunas palabras. Quise poner las imágenes de los blogs de los compañeros, pero no fui capaz, se lo tengo que preguntar al profesor. 

No tenía más tiempo. Y, sin estar el diseño del blog acabado, ni puesto los enlaces, etc, activé con el ratón la opción de público  en el apartado  permisos  situado en el menú configuración. ¡¡Qué sea lo que Dios quiera!!.

Ya estaban todos cuando llegué a clase. Conmigo éramos nueve. Salude con un escueto “hola”. El profe también sólo dijo “hola”. Pensé que iba a ser una clase incómoda para mí. Sin embargo fue todo lo contrario. Antonio, que estaba enchufando el ordenador,  me arrancó la primera sonrisa con esto de “pasa tú”, “no, tú”.

Al lado mía estaba sentada . Estaban haciendo un ejercicio de GIMP de manejar las imágenes con las capas sobre la foto de un pato. 
Yo no conseguía que me apareciera en pantalla la barra de herramientas de las dichosas capas. Y después de buscar por un lado y por otro, le pregunté a Berta:
-¿cómo se abre la herramienta de capa? ¿cómo se hace para que me aparezca en pantalla el cuadro de diálogo, o lo que sea?¿cómo hiciste tú?
-yo, con lo de las capas, pasé un culo- contestó con voz rotunda y mirada picaresca.

Nuestros ojos se cruzaron y soltamos una amplia carcajada. Por un momento pensé que no iba a para de reír. Ella, entre risas, me contaba cómo había hecho –el corta y pega de toda la vida- y me argumentaba que ¿para qué andar con lo de las capas si es un rollazo entenderlo y nosotros no somos profesionales?. Finalmente le pregunté a Antonio, que fue quien me dijo como se hacía.  

-Ahora vamos a hacer el siguiente ejercicio, el de retoque de rostro. Pero no hay que pasarse con los retoques, porque, hombre, seguro que algunos sabéis más de maquillaje que yo, pero el exceso queda fatal-   expuso el profe
- ah, esto nos interesa- comentó Berta. Nos volvimos a mirar y nos reímos.
- ahora le vamos a poner los ojos verdes,- añadió el profe al acabar el ejercicio anterior- ojos verdes son traidores…, estamos tuneando a la mujer-

Al cabo de un rato Luisa le hizo una pregunta, anteponiendo el añadido “una pregunta tonta,…”. La pregunta no era tonta. Yo miré al profesor –que llevaba un chaleco gris mezclilla, camisa azul clara y pantalón vaquero oscuro- para ver, en algún gesto, si se daba cuenta de esa manía que yo ya había comentado en el blog, pero no noté nada.
Terminamos con las imágenes y empezó a explicar lo de HTML
Luego Ana le preguntó cuándo iba a ser el examen y si iba a ser difícil. Él dijo que le sugiriéramos nosotros cómo nos gustaría. Definitivamente  va a ser este miércoles.

Haciendo un ejercicio de poner una tabla en HTML, me di cuenta de que Berta lo había dejado a la mitad y estaba conectada en su blog. Le dije que intentase hacerlo. No estaba muy por la labor.
-esto está chupado,¿eh?- me dijo agarrándome el brazo. Yo asentí  y me reí
-¿sabes que  mi blog ya se puede ver?
-¿ah, sí?¿cuál es la dirección que no me acuerdo?
-¿ah?-respondí- yo ya he hecho lo que tenía que hacer. Berta cogió su libretilla y enseguida encontró anotada mi dirección. Entró y al rato me dijo:
- oye, escribes bien- pero en realidad creo que quería decir,” ¡cuánta letra, cuánto has escrito!”…y quizás, “buf”.

Luego le dije a Ana que mi blog ya era público, por culpa suya. Nos reímos. No me entendió. Le dije que luego le contaba.
-¿Eva, Ana, Ya os salió?- nos cortó el profe de forma seria. Le dijimos que sí

Al acabar la clase, mientras íbamos andando juntas le conté a Ana todo. Nos reímos. Al llegar sóla al coche dos gatitos salieron asustados de debajo de una furgoneta. Se quedaron quietos mirándome hasta que me marché.  

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